¿Cuántas veces os han dicho en una pescadería que al gallo no se le quita la piel?. Al fin y al cabo, no la tiene tan basta y áspera como el lenguado, ¿verdad?
Hoy en dia ya hay pescader@s que admiten que sí, que se despelleja pero, en ocasiones, aún insisten que solo es necesario quitar la de la parte anterior; la de atrás es aún más fina y no merece la pena.
Pues yo no estoy de acuerdo y siempre se la quito por ambas caras. Si el pescado es fresco, la piel saldrá de una pieza.
En este post, y en contra de lo que suelo hacer, las fotos irán alternadas con las explicaciones
Lo primero es pedir que te quiten la cabeza y tripas. Una vez en casa, pones el pescado sobre una tabla de cocina y empiezas a levantar la piel por la parte delantera derecha, por la zona donde estaba la cabeza
Con el pulgar, vas levantando la piel por la parte lateral y hacia la cola llegando hasta ella
Agarrando el pellejo ya levantado con una servilleta de papel para que no te resbale y poniendo la mano plana sobre el cuerpo, primero en la zona de la cola y luego, a medida que vas avanzando, en el cuerpo del pez, tiras hacia adelante. Si el pescado es fresco os saldrá de una pieza sin que se destroce la carne.
Haceis lo mismo con la parte de atrás
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