martes, 22 de septiembre de 2015

Sopa de aleta de tiburón, sin tiburón y con agar-agar (cocina china)


INGREDIENTES PARA 2 PERSONAS
  • 1 pechuga de pollo
  • 3 o 4 setas shiitake de buen tamaño
  • Una cantidad similar de tallos de bambú al natural (Ver Consejos y trucos)
  • 1/2 litro de caldo de pollo
  • 2 o 3 rodajas finas de jengibre (pelado), según sea su anchura o, en su defecto, una buena espolvoreada de jengibre molido de bote para ese toque picante
  • 25 mL de coñac o vino de Jerez o vino blanco (sobre todo que no sea dulce, si no seco)
  • 1 cucharada sopera de salsa de soja de buena calidad (Ver Consejos y trucos)
  • 1 cucharada sopera y colmada de harina de maíz (Maizena)
  • Un haz de hebras (unas 15) de Agar-Agar (Ver Consejos y trucos)
  • Sal y pimienta BLANCA
  • Aceite suave (girasol, sésamo o, si es de oliva virgen o extra virgen, mezcladlo con girasol)
  • Agua

FASE 1
  1. Lo primero será rehidratar las setas poniéndolas en remojo con agua muy caliente. Cuanto más tiempo en remojo, más tiernas; de hecho, para esta receta, las dejé en remojo toda la noche.
  2. Al día siguiente, poned agua a calentar y, cuando hierva, introducid la pechuga de pollo (esto permitirá que quede sellada y conserve sus propiedades); dejadla que cueza el tiempo necesario hasta que esté hecha (para una pechuga normalita, entre 1/2 hora a unos 3/4 de hora estaría bien aunque nadie mejor que vosotros para conocer la fuerza de vuestros fogones  :D   )
  3. Entretanto, escurrid las setas y cortadlas en tiras finas (el agua del remojo conserva sabor y color de las setas, así que podeis guardarla en la nevera o en el congelador y usarla más adelante para otra receta que os convenga). Cortad también el bambú en tiras no muy grandes. Reservad ambas cosas.
  4. Hecha la pechuga, la sacais y, una vez lo bastante fría como para poderla manipular, la deshilachais poco a poco. En esta ocasión NO HAY QUE UTILIZAR NINGÚN ARTEFACTO TRITURADOR sino, poco a poco y con paciencia, hay que desmenuzar el pollo en HEBRAS. Si estas hebras fueran muy largas las podeis cortar por la mitad.
  5. Mientras se enfría la pechuga, cortais las tiras de agar-agar en trozos de 1cm, aproximadamente, y las poneis en remojo con un poco de agua
Ya con los ingredientes listos, pasamos a la:

FASE 2
  1. En una cacerola adecuada poneis el aceite suficiente (que cubra el fondo, una vez caliente) y lo poneis al fuego (para esto uso el quemador mediano y a medio gas aunque, de ser necesario, lo subo un poquito).
  2. Cuando esté caliente, le echais las setas y los tallos de bambú, sofriéndolo durante un buen rato ya que deben de quedar muy pochados. Cuando estén, le añadís el caldo de pollo, el licor y el jengibre.
  3. Cuando empiece a hervir, le agregais el pollo, la Maizena diluida en un poco de agua, la salsa de soja y el agar-agar, escurrido.
  4. Salpimentais al gusto y lo dejais que hierva todo unos 20 minutos a fuego medio, removiendo de vez en cuando.. Si considerais que el quemador que estais usando tiene mucha potencia bajadlo un poquito más.
  5. El uso del agar es lo que le da el toque gelatinoso a la sopa así que, si considerais que os queda demasiado espesa, podeis añadirle un poquito más de caldo o agua o, por el contrario, añadirle un poco más de agar. Eso sí, para que el agar se deshaga necesita hervir, al menos, unos minutos.
  6. Al final, antes de servir la sopa, retirad las rodajas de jengibre.

CONSEJOS Y TRUCOS
  1. Si no  encontrais tallos de bambú al natural, podeis usar los de encurtido aunque, eso sí, lavadlos bien para librarlos del gusto a vinagre todo lo posible.
  2. Si la salsa de soja es de calidad, con una cucharada o, a lo sumo, una y media, deberíais de tener suficiente. Si, por el contrario, es de esas que tienen un % reducido de soja y muchos aditivos como, por ejemplo, caramelo, tal vez debais de usar 2 cucharadas o 3. Id probando la sopa.
  3. Como ya explico al final de la receta, la cantidad de agar a usar dependerá de vuestro gusto particular. A mí, personalmente, me agrada que la sopa sea un poquito gelatinosa aunque, a veces, la hago un poco más clara por los otros comensales (de ahí que en la foto principal no se distinga la gelatinidad). Ese sería, en realidad, el papel de la aleta de tiburón ya que, nutricionalmente hablando, no es un alimento que nos aporte grandes cosas. Añadamos a eso el hecho de que, si bien en España consumimos el tiburón al completo o casi (el cazón y el marrajo, por ejemplo, lo son), en muchos sitios solo se aprovechan las aletas y se tira el resto y, sí, vale, a mí también me cambió la vida Steven Spielberg con la dichosa película de Tiburón. A partir de entonces, si buceaba un poco y aún sabiendo que en el Mediterraneo no suelen haber "bichos"  de ese tipo, miraba a mi alrededor con mucha suspicacia, no fuera que algún hambriento escualo con tropecientes dientes se me echara encima dispuesto a saborear mis lindas carnes pero, aún así, me niego a masacrarlos cuando tengo un sustitutivo genial con el agar-agar. :D
¡¡¡BUEN PROVECHO!!!

 
 
 
 
 
 
 
 
 












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